Normalmente nos fijamos en aquellas cualidades que nos pueden hacer destacar para obtener un empleo para profesionales, o en esas otras prácticas que debemos evitar. Sin embargo, en pocas ocasiones adoptamos el punto de vista del cliente. ¿Qué es lo que mas valoran? ¿En qué se fijan? ¿Coinciden sus valores con los nuestros?
Precio
Aunque no es el factor más importante, lo cierto es que el precio sigue siendo uno de los elementos que más atren a las empresas a la hora de contratar profesionales freelance.
A nadie se le escapa que incluso, muchos clientes ponen el precio por encima de muchas otras cuestiones y por lo tanto, no es algo que podamos dejar de lado. No obstante, si lo que queremos es ganarnos la vida con un trabajo freelance por internet, el factor precio nunca puede ser el que tenga más peso.
Prestigio
Es cierto. Existen empresas y clientes que ofrecen trabajos para freelance basándose casi exclusivamente en su prestigio. Sin embargo, no son muchos los profesionales cuyo prestigio sea conocido más allá de un nicho muy concreto y por lo tanto, no deberíamos confiar demasiado en este factor.
Existen freelancers de prestigio, profesionales que son conocidos más allá de los foros y las redes sociales y que cobran muy bien por su trabajo pero repetimos, son una minoría.
Conveniencia
Uno de los grandes factores que motivan la contratación, por ejemplo, de un diseñador web freelance. Resulta más sencillo contratar al profesional que está en el lugar adecuado y en el momento justo que aquel otro con el que resulta difícil contactar.
Es mucho más sencillo contratar a un profesional que aparece en los primeros resultados de Google que otro que debemos buscar en un foro especializado…es más fácil contratar a alguien con presencia en redes sociales que a otro que no la tiene…y así un largo etc.
En el factor de conveniencia también habría que incluir la confianza. Es más fácil volver a contratar a ese freelance con el que hemos trabajado antes, que arriesgarnos a buscar a alguien nuevo.
Reputación
La reputación de una persona con un trabajo freelance España, Argentina, Colombia o en cualquier lugar del mundo, es su mayor activo. Debe ser protegida y defendida a capa y espada. Si hablan bien de nosotros, si somos recomendados, si la mayor parte de las críticas que obtenemos son positivas…estaremos en el buen camino para, algún día, llegar al punto dos: prestigio.
Una mala reputación en cambio, puede producir efectos devastadores. El poder de la mala reputación es muy superior al de la buena porque un único cliente, puede arruinar una trayectoria intachable.
Miedo
El miedo, aunque no lo creamos, puede ser un fuerte motivador para muchos clientes y empresas. Un cliente puede tener miedo de apostar por nuestros servicios, o al revés, puede temer el no hacerlo, también puede existir un temor por poner vacantes freelance al conocer muy bien mercado.
Si detectamos ese miedo, lo mejor que podemos hacer es intentar averiguar dónde se encuentra su origen, qué es lo que lo motiva y por supuesto, actuar en consecuencia si es posible.
Expectativas
En cierto modo, el negocio del trabajo freelance se basa en crear expectativas y por supuesto, ser capaces de responder a las mismas. Si nuestros clientes esperan grandes cosas de nosotros y somos capaces de proporcionárselas, la posibilidad de que repitan es muy alta.
Ni que decir tiene que hay que saber generar las expectativas con las que creemos que podemos cumplir. De nada nos sirve prometer algo que ya sabemos que no vamos a poder hacer por el simple hecho de ganar un cliente.
Confianza
Una inmensa mayoría de las relaciones entre empresas, y por supuesto entre empresas y freelancers, se basa en la confianza. Esta confianza es especialmente intensa cuando la relación se produce a distancia por el trabajo por internet, y más aún, cuando todo el contacto que mantienen las partes son llamadas telefónicas o unos cuantos e-mails. Si no generamos confianza, no hay negocio. Así de simple.
Relaciones personales
Las relaciones personales que mantenemos o que podemos mantener con un potencial cliente, sirven de base y cimentan esa confianza de la que hablábamos en el punto anterior.
Si somos capaces de mantener una buena relación, y si esa relación puede escapar (aunque sea un poco) del terreno puramente profesional, aumentaremos enormemente nuestras posibilidades.
Valor añadido
Hay miles de freelancers que probablemente hacen lo mismo que nosotros a un precio muy similar así que…¿Cuál es nuestro valor añadido? ¿Qué es lo que nos va a diferenciar de nuestra competencia? Hay que tener muy claro este punto porque en último término, nuestro cliente puede tenerlo muy en cuenta.
Promociones, ofertas y descuentos
A nadie le amarga un dulce. El freelance debe conocer las bases de una buena negociación y por supuesto, saber venderse. Puede que tengamos nuestras “tarifas oficiales” pero también puede que dependiendo del tipo de cliente, y sobre todo, de lo que podamos obtener después de ese primer encargo, nos convenga dar un trato más “amable”.