Queremos profundizar precisamente en las malas prácticas y en esos errores de bulto que pueden costarnos un buen trabajo freelance.
Un portfolio de baja calidad
Un portfolio de baja calidad, o que esté por debajo de la media de nuestro sector, puede conseguir espantar a más de un cliente. Y no sólo hablamos de que la calidad del trabajo sea mala, sino que a lo mejor los trabajamos que incluimos son antiguos, o no pone de relieve las características que se están pidiendo en el trabajo para el que nos hemos preparado.
O peor aún, que intentemos vendernos en el mundo del trabajo freelance sin tener nada que mostrar.
Sin respuesta
Aunque parezca mentira, la gestión del correo electrónico no suele ser uno de los puntos fuertes para muchos freelancers, especialmente para los más “creativos”. Y es una pena porque muchas veces llegan muchos mails en los que se pide más información o en los que se contacta para un posible trabajo desde casa y se quedan sin responder, o se responden tarde y mal.
A veces esto se produce cuando el freelance tiene una alta carga de trabajo para profesionales, sin pensar en que aunque no pueda asumir un encargo extra, sí que puede crear una relación que puede ofrecer frutos más adelante. La solución más sencilla es reservar un espacio cada día para gestionar el correo electrónico, echando mano de todas esas buenas prácticas de las que tantas veces os hemos hablado.
Errores tipográficos
Controla que tu página Web, tu blog corporativo, los e-mails que mandas, etc. no contengan no sólo ningún error ortográfico sino también tipográfico. Cualquier errata que contengan se disparará como una alarma en nuestro posible cliente, ya que si cometemos esos errores al “vendernos”, ¿Qué haremos con su encargo?
Sin referencias
Conseguir buenas referencias forma parte del proceso de construir nuestra marca personal. Si nadie está dispuesto a decir públicamente que hemos hecho un buen trabajo freelance, que somos serios y profesionales, que cumplimos con la entrega, etc. daremos una impresión amateur y podemos alejar a más de un posible cliente.
No lo comprendes
Después de un intercambio de opiniones, tu posible cliente llega a la conclusión de que no eres capaz de comprender qué es lo que te está pidiendo o que no eres capaz de adaptarte a sus necesidades.
Esto puede producirse cuando al querer ahorrar tiempo en tu gestión de correo electrónico, haces una lectura diagonal de los mails que te llegan, enviando como contestación respuesta pre-definidas y genéricas, que no tienen en cuenta una problemática concreta.
No sabes venderte
El trabajo desde casa por internet tiene muchísima competencia así que tienes que preguntarte esto: ¿Por qué eres el mejor en tu campo? ¿Por qué eres el profesional perfecto para llevar adelante ese encargo? Hay miles de freelancers “ahí fuera” que hacen lo mismo que tú así que...¿Por qué debería confiar en ti?
Cuidado con las redes sociales
Las redes sociales son por supuesto una de las mejores herramientas que tienen los que tiene un trabajo freelance para promocionarse, pero también son herramientas que les dejan “expuestos”. Muchos clientes van a querer investigar nuestra reputación on-line antes de apostar por nosotros.
Cuidar al máximo la imagen que estamos trasladando a la Red es fundamental, porque un pequeño error puede hacer que paguemos meses de buen trabajo y dedicación.
Falta de entusiasmo
Cuando las aptitudes profesionales y las habilidades de varios de los freelancers que se postulan ante vacantes de empleo son similares, entran en cancha otros factores.
Uno de los más decisivos es el entusiasmo que muestre el profesional por el proyecto que se le está presentando. Alguien que esté desando ponerse manos a la obra y que demuestre que realmente quiere el proyecto, tiene muchas posibilidades de conseguirlo.
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